El lunes 9 de setiembre de 2002 falleció José Luis Massera, el "Ingeniero", hombre de vasta trayectoria política, científica, uruguayo de una dimensión humana como pocas ha conocido nuestra tierra.
Sin duda, es mucho lo que se puede y se debe decir sobre Massera. La intención de estas líneas es contar algunas momentos que me tocó compartir con él, que creo, y espero, ayuden a formarse una idea de la dimensión, la talla de este hombre.
Conocí a Massera personalmente luego de su liberación, en el año 1984, en su apartamento de Amsterdam y la Rambla. Eramos un grupo de jóvenes docentes del Instituto de Matemática y Estadística, (hoy el IMERL, en homenaje a Rafael Laguardia) instituto que Massera había contribuído a fundar junto con Laguardia, muchos años antes. El grupo estaba integrado por unas diez personas, entre quienes estaban Nelly Camporeale (que promovió la iniciativa), Omar Paganini, Ramón Méndez, Silvia Dobyinsky, Mariel Etchemendy, y de la reunión participaba ademas otro "pelado" (era una característica de esos años, que identificaba a los recién liberados), Roberto Markarian. La situación era por demás inédita. Muchos de nosotros teníamos alguna conciencia de que, en algún sentido ocupabamos lugares que no nos correspondían, pero Massera prestó ninguna atención a esas cuestiones. Estaba mas interesado en el futuro, no solo le preocupaba el retorno a la democracia en Uruguay, aprovechó para hablar sobre la investigación, la docencia, y creo que muchos de nosotros por primera vez tuvimos la oportunidad de escuchar un auténtico universitario: ... "un docente tiene que saber mucho mas de lo que enseña", me quedó grabado, dijo entre otras cosas Massera.
El contacto con la casa de Massera, y con Martha Valentini, venía de un tiempo antes. En el Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI), luego de arduas discusiones en asambleas, y luego de la "marcha del estudiante" de setiembre del '83, a propuesta del "Pampa", un compañero del CEI, se había formado una comisión para la liberación de Massera, y con ese fin habíamos ido a visitar a Martha Valentini unos meses antes. Ella misma había sido liberada un tiempo antes, y nos decía ... "hay que arrancarle los presos a la dictadura", contandonos sus experiencias, que "el ingeniero estaba bien", y cerrando los puentes entre las generaciones de antes y después de la dictadura.
Tiempo después visite la casa de los Massera varias veces. Poco antes de partir al Moscú de la Perestroika, en el año 1989 o 1990, me recibieron, y charlamos en una ambiente de optimismo. Massera conocía muchos matemáticos rusos, en sus famosos trabajos demostró "el recíproco de Lyapunov", su libro con Schaffer habia sido traducido al ruso (y estaba en la biblioteca personal de A.N. Kolmogorov y P.S. Aleksandrov en "Kamarovka", como pude personalmente comprobar con gran emoción), leía en ruso, entre otras lenguas que dominaba, y era además, por su calidad de dirigente del Partido Comunista del Uruguay, un conocedor de la realidad soviética, habiendo visitado Moscú en varias oportunidades. Lamentablemente, en las visitas posteriores, las noticias no fueron buenas, a pesar de que Massera continuaba con su optimismo.
Los que lo conocimos en el IME de los 80, tuvimos la oportunidad de compartir el ambiente de trabajo con un hombre ejemplar. Su último tema de trabajo era la filosofía de la matemática, que según contaba, era un tema que desde hace tiempo le había interesado, como testimonia el librillo "Dialéctica y matemática", escrito en la cárcel en colaboración con Elbio Accienlli y Roberto Markarian, y editado posteriormente por la Facultad de Humanidades y Ciencias. Muestra de la profundidad de su pensamiento, y de su método, es el hecho de que Massera, descubriendo que su formación en filosofía no era suficiente, comenzó a estudiar a Baruch Spinoza, llegando a escribir algunos artículos sobre este tema. Una muestra mas mundana de su decisión para enfrentarse a cosas nuevas, era su actitud frente a las computadoras. Mas de uno de nosotros lo vimos en el IME frente a la pantalla verde, durante horas ininterrumpidas, pasando sus trabajos ...
Compartí con Massera, como delegado estudiantil, reuniones para la creación de la "Facultad de Ciencias Exactas y Naturales", como se le decía a la Facultad de Ciencias en ese entonces, (descubrí con sorpresa un discurso de Massera en 1949, en la ASOCIACIÓN URUGUAYA PARA EL PROGRESO DE LA CIENCIA, proponiendo la creación de una tal facultad), la directiva del PEDECIBA, en su primer período, y diversas reuniones de carácter gremial y político. Donde estaba Massera, se esperaba su opinión, la honestidad de sus opiniones era excepcional, su palabra era siempre precisa.
Yo creo que, en algún sentido, Massera forjó toda una generación de matemáticos en el Uruguay. No es que haya sido profesor de todos, ni que haya guiado investigaciones de la mayoria (en realidad no tengo información de como había sido su trabajo antes de 1973) pero lo que sí se percibía en el pasillo del IME, es que había que encontrar un problema para medirse, una conjetura famosa, resolverla como había hecho Massera con la "conjetura de Lyapunov". Ese era el camino.
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