El fallecimiento de un hombre ilustre como sin duda lo fue el Ingeniero José Luis Massera obliga a que todos los medios, sin distinción de banderías, se ocupen de él.-
Por lo mismo, todo lo que podría decirse acerca de su extensa vida y de su distinguida carrera, ha sido dicho con una prolijidad que nosotros no podríamos y no intentamos superar.-
Sin duda Massera fue una figura relevante.- Una si no: "la" cabeza científica de mayor importancia que ha producido nuestro pequeño país y una figura de destaque a nivel internacional.
La lista de distinciones científicas, premios y doctorados "Honoris Causa" que recibió es muy extensa y atestigua la alta valoración en que el mundo académico tenía a este matemático que incrementó el caudal de conocimiento de la Humanidad, abrió caminos para que otros siguieran adelante y dejó una escuela de brillantes matemáticos en el país.-
Ese aspecto de la personalidad de Massera alcanzaría para que lamentásemos su pérdida, pero, no es el único.-
Fue un filósofo y en los últimos años de su vida fundamentalmente su reflexión estuvo centrada en los problemas del Hombre al punto tal que su última actividad pública fue la participación en el gran Foro de debates que tuvo lugar en París con motivo de los 150 años de la publicación del "Manifiesto Comunista". -
Y fue un luchador social.-
Desde sus años juveniles en que, como estudiante, se integró a la lucha solidaria con la República Española primero y en el Movimiento Antifacista después, con motivo de la Segunda Guerra Mundial.-
Esos caminos unieron su vida con el Partido Comunista del Uruguay del que llegó a ser destacado dirigente y, junto con la de Rodney Arismendi, la cabeza de la renovación ideológica que dicho partido procesó a partir de 1955. -
Fue Diputado en dos ocasiones y al frente de su partido ya en la clandestinidad es detenido en ocasión del Operativo "Trescientos Carlos" en los meses finales de 1975.-
Torturado salvajemente, al punto que le fracturaron una pierna que soldó sin asistencia dejándole una renquera permanente y dolorosa, luego de un durísimo pasaje por los cuarteles, termino ''fondeado'' en el Penal de Libertad.
O, "Puntas de Valdés" como escribían nuestros carceleros tratando, con la referencia al arroyo, de evitar la utilización de la palabra que les resultaba un constante reproche a su actitud liberticida.-
Fue allí, en el Establecimiento Militar de Reclusión N° 1 de "Puntas de Valdés", donde tuve ocasión de tratarlo con mayor frecuencia e intimidad y, es a ese aspecto de su vida ejemplar al que me quiero referir al despedirlo. -
Cuando llegué a dicho establecimiento en abril del 78 lo encontré flaco, envejecido, rengo y dentro de un mameluco que le flotaba amenazando su estabilidad los días de viento.-
Pero... ¡qué señorío!
Sin siquiera proponérselo pero, sin duda muy consciente de lo que significaba para presos y guardia cárceles, sin estridencias, ni afectaciones, Massera era la dignidad de los presos caminando en la hora de recreo que nos daban.-
Sereno, reflexivo, comprensivo y fraterno con los compañeros, sin ninguna actitud extemporánea, daba una imagen que, no sé de qué manera, se colocaba por encima de la situación.-
Y esa imagen de dignidad serena ponía una especie de barrera a todos los intentos de desestabilizar el equilibrio de los presos.-
No puedo recordar ni una sola vez en que los intentos de "verduguearlo" hayan avanzado mucho y no porque no hayan intentado sino porque Massera los desanimaba con su actitud.-
¡Quedaban tan ridículos tratando de humillar a aquel hombre al que no podían alterar que pronto abandonaban el esfuerzo!
Y, con esa misma dignidad recibía las distinciones.-
Porque la estatura internacional de su personalidad y la responsabilidad política de su cargo lo hicieron uno de los centros de la presión internacional y una de las grietas por donde empezó a romperse el muro.-
Desde su celda 10, izquierda, del Primero "A", tranquilo, firme y sin aspavientos recibió a los visitantes internacionales más insólitos y más ilustres con la misma afabilidad y compostura con que lo hubiese hecho en su casa, en la Facultad o en el Palacio Legislativo.-
Y no creo que todo esto fuera sin esfuerzo; más bien me inclino a pensar que consciente de su carácter de símbolo viviente, asumió la responsabilidad de ser nuestro espejo y nuestro ejemplo como, en la vida, había recibido tantas y tan altas responsabilidades.-
Filósofo peripatético de los recreos, sereno, digno, fraterno e interesado en todo y en todos, fue compañero y ejemplo para todos nosotros durante casi diez años.-
Él fue nuestra dignidad y, estoy seguro que todos, el algún momento de bajón, que los había, nos dijimos: ... "¡Vamos, no le vas a fallar a Massera!".-
El no falló y nosotros sentíamos que, dentro de aquel mameluco flotante, iba nuestra dignidad, ¡muy bien llevada por aquel hombre de endeble bastón y un corazón inmenso!.-
Junto con la pena de perdido llevamos el orgullo de haberlo tratado y querido y hoy queremos testimoniarlo así como saludar a su excepcional compañera, Marta Valentini y a su hija Ema.
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